martes, 20 de abril de 2010

El Humanismo

Desde finales del siglo XII y principios del siglo XIII, en Europa Occidental comienzan a manifestarse los primeros indicios del dilatado proceso de descomposición del sistema feudal, cuyo punto de partida será la reanimación de la vida urbana, a partir del desarrollo del comercio en las nuevas ciudades o burgos y el desarrollo de la actividad crematística desde el siglo XII. Muchos factores confluyentes aceleraron dicho proceso, pero sobre todo un elemento determinante sería el desarrollo vertiginoso de la economía dineraria en algunas ciudades de Occidente, a partir de las cruzadas. En este contexto se destacan particularmente dos zonas de intensa actividad económica: el norte de Italia (donde florecen repúblicas como Venecia, Génova, Florencia y Pisa, que fungen como intermediarias en el comercio entre Oriente y Occidente) y por otra parte, Holanda y Flandes (esta última con las famosas ciudades de Brujas y Lieja) que actúan como intermediarias en el comercio entre el norte de Europa y la cuenca mediterránea.

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